Un pequeño corazón necesita ayuda.

Un pequeño corazón necesita ayuda.

Había una vez un pequeño corazón. Era cálido y vivaz y saltaba y latía feliz. Y estaba especialmente feliz cuando otro corazón venía a visitarle.

 

Pero un día sucedió algo especial. El pequeño corazón estaba muy alterado. A su alrededor pasaban muchas cosas nuevas. Nuestro pequeño corazón se dio cuenta que iba a recibir una visita, una visita muy especial. Un amigo se lo anunció. Un visitante muy especial.

 

 

Muy sorprendido iba viendo todo lo que sucedía en él. Incluso se volvió un poco más grande, más atento y más cálido.

 

Y luego llegaron las cosas.

 

El niño dijo: ¡Corazón, alégrate! Qué bonito es el traje oscuro con la camisa blanca. Parezco un señor, ¿no es verdad?

 

Y el corazón dejó entrar al traje con la camisa blanca. Se asustó un poco cuando el traje con la camisa se acercaba y latía nervioso cuando los pies con los finos zapatos negros se acercaban más y más.

 

Y el niño dijo: ¡Corazón alégrate! Hoy haremos una gran fiesta. Tendremos muchos invitados.

 

El pequeño corazón latió muy fuerte. Interrumpió toda la fiesta. Cada vez había menos espacio. Latía tan fuerte que llegó casi hasta la garganta. “Estoy tan nervioso” decía el pequeño corazón como única respuesta.

 

“Haz sitio, pequeño corazón, que vienen más”, dijo el niño. Y el pequeño corazón escuchó de pronto un reloj que latía al ritmo de sus latidos a través de la chaqueta.

 

Oh dios!!....que pasa ahora?? El corazón latía ahora más salvaje que nunca. Apareció de pronto una mancha de salsa sobre la camisa blanca. El pequeño corazón no podía hacer desaparecer la mancha. Y la fiesta seguía su curso.

 

Ohhh que fuerte ¡!! Dijo el niño. Pequeño corazón...estás escuchando? Un MP3 sonaba con fuerza en el pequeño corazón. Había mucha aglomeración. El reloj sonaba un tanto ofendido a un lado. Seguía sonando enfadado. Y el pequeño corazón se estaba volviendo loco. Tenía que latir al ritmo del reloj o al ritmo de la música del MP3?. Y aún tenían que llegar más cosas a ese pequeño corazón.

 

Pero para la mayoría de las cosas ya no había sitio. Tuvo que dar un paso atrás. Simplemente no había más sitio.........el libro, el CD, el badminton.....tuvieron que esperar.

 

Pero pronto hubo otro cambio.

 

100....150.....200....300...800 contaba el niño. Ya no había más sitio en el corazón del niño para los invitados ni para la tarta.....el dinero les dio un empujón y los dejó a un lado. Esto lo sabe cualquiera......con que rapidez el dinero adquiere poder en el corazón.

 

Silencio. ¿Alguien más quiere entrar?

 

El pequeño corazón preguntó: ¿Quien eres? ¿Necesitas mucho sitio?

 

Si!! Necesito todo el sitio. Te necesito todo para mi.

 

Pero...¿quien eres? Preguntó el corazón cansado pero sorprendido. De forma inconsciente su corazón latió más fuerte, como si fueran piedras chocando entre si.

Yo soy EL INVITADO! Me llamo Jesús.!

 

Pero el MP3 sonaba tan fuerte y el sonido del reloj era tan intenso que el pequeño corazón no pudo entenderlo. Solo dijo en voz baja:

 

“¡Ven, entra y siéntate en aquel rincón! ¡Pero no molestes! Y Jesús se sentó en el rincón y las cosas lo miraban con desprecio y pensaban: ¿¿Que quiere este aquí??

 

Y Jesús pensó que algunas veces las personas no tenían lugar para él....a veces solo un pequeño establo. Y siguió esperando.

 

(H. Schuh) encontrado por KLJ

 

¿Cuál es la moraleja de la historia?

 

Durante la época de Navidad algunos de nosotros nos volvemos más callados y contemplativos. Pero no todos. Para muchos durante la Navidad el ruido continúa. Creo que muchos de nosotros ya no nos tomamos en serio al INVITADO. Tómate el tiempo de adviento, también llamado el tiempo del Silencio para rodearte de silencio y de la luz y la calidez de las velas.

 

Pero no solo en Navidad deberíamos disfrutar del silencio y escucharnos a nosotros mismos. El ruido y el caos dominan cada vez más nuestras vidas. Cada vez más nos dejamos llevar por los medios de comunicación, los móviles y otras cosas. Siempre estamos a disposición. Esto produce estrés y es muchas veces el motivo de que caigamos en el agotamiento. Cada vez más personas nos vemos afectados.

 

Conclusión:
Tómate cada día un tiempo para ti. Aunque a veces no sean más de 5 minutos. Sal fuera, al aire libre, respira hondamente y sumérgete en el silencio. O simplemente siéntate 5 minutos y mira  “tontamente” a tu alrededor. Escápate de nuestro mundo en 3D y desenchúfate por un momento.

 

Sin el móvil naturalmente.

 

“Vivimos rodeados de caos y ruido, pero solo el silencio nos deja escuchar”

 

Annette Andersen

 

Mi corazón saluda a tu corazón.

 

 

Kommentar schreiben

Kommentare: 0